
Intel enfrenta un obstáculo significativo en sus planes de reestructuración o venta de parte de su negocio: el amplio acuerdo de licencia cruzada que mantiene con AMD. Este acuerdo, firmado por última vez en 2009, permite a ambas compañías utilizar las patentes de la otra en áreas como CPU, GPU y otras innovaciones tecnológicas. Sin embargo, el acuerdo incluye cláusulas estrictas que podrían complicar cualquier fusión, adquisición o empresa conjunta que altere la propiedad de Intel.
Según los términos del acuerdo, si Intel se fusiona, es adquirida o entra en una empresa conjunta que cambie su estructura de propiedad, el acuerdo de licencia cruzada se terminaría automáticamente. Esto obligaría a ambas partes a renegociar un nuevo acuerdo, lo que podría ser un proceso complejo y lleno de desafíos. Además, el acuerdo cubre tecnologías clave como las extensiones del conjunto de instrucciones x86 (SSE, AVX) y otras innovaciones esenciales para los procesadores modernos. Perder estas licencias sería devastador tanto para Intel como para AMD.
El acuerdo también incluye tecnologías como GPU, DPU y FPGA, lo que significa que su terminación afectaría prácticamente a todos los productos de ambas empresas. Esto plantea un problema importante para Intel, que ha sido objeto de rumores sobre una posible adquisición de su negocio de productos por parte de Broadcom, así como de una posible empresa conjunta con TSMC para gestionar sus operaciones de fabricación.
Broadcom, conocida por sus soluciones de redes y procesadores de IA personalizados, representaría una amenaza competitiva significativa para AMD si adquiriera las capacidades de CPU de Intel. Aunque algunos sugieren que Broadcom podría ayudar a AMD a competir con Nvidia en el mercado de la IA, es más probable que la empresa se enfoque en fortalecer su posición en el mercado de centros de datos, donde actualmente carece de CPU.
En resumen, el acuerdo de licencia cruzada entre AMD e Intel podría bloquear cualquier intento de venta o reestructuración de Intel que altere su propiedad. AMD tendría que estar dispuesta a renegociar un nuevo acuerdo, lo que no está garantizado, especialmente si Broadcom se convierte en un competidor más fuerte en el mercado de procesadores. Este escenario subraya la complejidad de la relación entre las dos compañías y su impacto en el futuro de la industria de semiconductores.