James Howells, el galés que accidentalmente tiró un disco duro con 8,000 Bitcoins —hoy valuados en más de 780 millones de dólares—, ha propuesto comprar el vertedero donde cree que está enterrado, antes de que el ayuntamiento de Newport lo cierre y lo transforme en una granja solar. El sitio está programado para cerrarse en el año fiscal 2025-26, y ya cuenta con permiso para desarrollar energía solar, que alimentaría la flota de camiones eléctricos del ayuntamiento.
A pesar de que un fallo judicial parecía haber puesto fin a las esperanzas de Howells de recuperar su tesoro digital, ahora busca un “final alternativo” proponiendo comprar el vertedero “tal como está”. Según Howells, su consorcio de inversores ya ha discutido esta posibilidad, que incluiría una excavación de hasta 36 meses y un presupuesto inicial de 13 millones de dólares.
La compra del vertedero no solo le daría a Howells una última oportunidad de encontrar su disco duro, sino que también ahorraría al ayuntamiento el costoso proceso de cubrir el sitio con múltiples capas de protección ambiental.
Irónicamente, la granja solar planeada recuperaría parte de la energía desperdiciada por la minería de criptomonedas, creando un ciclo poético entre el Bitcoin perdido y el futuro sostenible del terreno.
Este extraño caso subraya los riesgos de almacenar criptomonedas, ya sea en discos duros olvidados o en plataformas vulnerables. A lo largo de la historia de las criptomonedas, muchas fortunas se han perdido no solo por errores personales, sino también por hackeos y quiebras de grandes exchanges como Mt. Gox, FTX y Binance BNB Bridge.
