El Ai Pin de Humane ha llegado a su fin. Tras la venta de parte de sus activos a HP por $116 millones, el dispositivo dejará de funcionar en una semana. La causa de su fracaso: una apuesta mal concebida contra el iPhone, disfrazada de hardware de inteligencia artificial, creada por exingenieros de Apple.
HP no continuará con el Ai Pin, pero integrará la tecnología de Humane en su cartera de IA. El Ai Pin, un dispositivo sin pantalla que dependía de un proyector y gestos manuales poco intuitivos, prometía revolucionar la interacción con la tecnología. Sin embargo, sus funciones de IA, basadas en versiones tempranas de ChatGPT, no lograron competir con la evolución constante de las capacidades de los smartphones.
Humane intentó posicionar el Ai Pin como una solución para reducir la dependencia de los teléfonos, aprovechando la conversación global sobre la adicción a las pantallas. Sin embargo, la pandemia convirtió las pantallas en una herramienta esencial para la conexión humana, dejando atrás la premisa del dispositivo.
Aunque el concepto de un dispositivo que te ayuda a «reconectarte con el mundo real» es intrigante, el Ai Pin terminó siendo un accesorio costoso ($699 más una suscripción mensual) que no logró reemplazar ni complementar eficazmente a los smartphones. En lugar de ser una revolución, el Ai Pin se convirtió en un recordatorio de que la innovación requiere más que buenas intenciones.
