
Sam Altman, CEO de OpenAI, ha declarado recientemente que la compañía ya no enfrenta limitaciones de computación, un cambio crucial que marca una nueva etapa en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial avanzados. Esta afirmación llega poco después de la pérdida del estatus de Microsoft como proveedor exclusivo de infraestructura en la nube para OpenAI.
Durante años, la alianza estratégica entre ambas compañías había garantizado a OpenAI acceso prioritario a la vasta capacidad de computación de Microsoft. Sin embargo, informes recientes señalaron que ese acceso exclusivo no era suficiente para satisfacer las ambiciones de OpenAI, especialmente en el camino hacia la ansiada Inteligencia Artificial General (AGI).
¿Microsoft quedó corto?
La tensión se evidenció cuando OpenAI expresó preocupaciones sobre quedar rezagada frente a competidores en la carrera hacia la AGI, señalando implícitamente a Microsoft por no cubrir los requerimientos computacionales necesarios. Esta situación aceleró la renegociación del acuerdo, dando mayor independencia a OpenAI para diversificar su infraestructura tecnológica.
En paralelo, Microsoft anunció su proyecto Stargate, una inversión monumental de 500 mil millones de dólares destinada a construir nuevos centros de datos en EE.UU., con el objetivo de fortalecer sus capacidades en IA. Pero para OpenAI, la decisión de abrirse a nuevos socios llegó antes.
SoftBank entra en escena
La compañía ha estrechado lazos con SoftBank, que lideró su ronda más reciente de financiación, recaudando 40.000 millones de dólares y elevando la valoración de OpenAI a unos impresionantes 300.000 millones. Este respaldo refuerza la capacidad de la firma para seguir desarrollando modelos de alto rendimiento sin depender exclusivamente de Microsoft.
Del desencanto con GPT-4 a una nueva generación
En un giro sorprendente, Altman también expresó públicamente su descontento con GPT-4, calificándolo de «un poco malo» y hasta “vergonzoso”. Según sus palabras, este sería el modelo más básico con el que los usuarios tendrían que interactuar en adelante, lo que sugiere una hoja de ruta mucho más ambiciosa para futuros desarrollos.
La compañía se prepara para descontinuar GPT-4 en ChatGPT, reemplazándolo por GPT-4o, un modelo más optimizado, aunque continuará ofreciendo acceso al modelo anterior a través de su API.
En un gesto revelador, Altman preguntó recientemente a su equipo de ingenieros qué haría falta para volver a desarrollar GPT-4 desde cero, dejando entrever una actitud perfeccionista y una constante búsqueda de superación tecnológica.
¿Qué implica este cambio de rumbo?
Con mayor independencia operativa, un ecosistema de socios más amplio y una ambición renovada por construir modelos superiores, OpenAI parece entrar en una nueva fase de su evolución. El fin de la exclusividad con Microsoft no representa una ruptura, pero sí un reequilibrio en el poder de decisión, permitiendo a OpenAI avanzar con más agilidad y menos compromisos estructurales.
Todo apunta a que el próximo capítulo en la historia de la inteligencia artificial será definido tanto por la libertad tecnológica como por la capacidad de escalar sin límites.