
Taiwán ha decidido prohibir el uso de la inteligencia artificial (IA) de DeepSeek en agencias gubernamentales y sectores estratégicos, citando riesgos de seguridad nacional. Según el Ministerio de Asuntos Digitales, la plataforma, desarrollada en China, representa una amenaza debido a la posible fuga de datos y transmisión transfronteriza de información sensible. Esta medida se suma a las crecientes restricciones impuestas a herramientas de IA de origen chino en varias partes del mundo.
DeepSeek ha llamado la atención en la industria tecnológica por su modelo de IA de código abierto, que ofrece capacidades comparables a otras plataformas líderes a un costo reducido. Sin embargo, las preocupaciones sobre su manejo de datos han llevado a países como Italia a bloquear su uso, argumentando falta de transparencia. Empresas privadas también han prohibido su acceso para evitar riesgos de privacidad y seguridad.
Además de las preocupaciones gubernamentales, DeepSeek ha sido blanco de ataques cibernéticos a gran escala. Entre el 20 y el 27 de enero de 2025, la plataforma sufrió múltiples ataques de denegación de servicio (DDoS), principalmente desde Estados Unidos, el Reino Unido y Australia. Estos incidentes han puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema ante amenazas externas, lo que agrava las inquietudes sobre su fiabilidad.
El caso de DeepSeek se enmarca en un contexto de regulaciones más estrictas sobre el uso de IA en el ámbito global. La Unión Europea ha implementado recientemente la Ley de Inteligencia Artificial, que prohíbe aplicaciones consideradas de alto riesgo. Por su parte, el Reino Unido ha presentado un código de prácticas para proteger los sistemas de IA de ataques y manipulación. Estas acciones reflejan el creciente interés por establecer controles en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías.
Finalmente, la ciberseguridad sigue siendo un desafío en la industria de la IA. Se han detectado paquetes de software maliciosos que se hacen pasar por herramientas de DeepSeek para robar datos de usuarios. Estos incidentes subrayan la necesidad de fortalecer las regulaciones y la supervisión en el uso de la inteligencia artificial, especialmente en un contexto donde su adopción es cada vez mayor.